Monasterio budista
Thabarwa (BIRMANIA)
Cuando el primer confinamiento de Covid comenzó en marzo 2020, al otro lado del mundo, inicié mi confinamiento en un lugar muy especial, una organizacíon benéfica de Birmania llamada Thabarwa.
Este lugar de caridad se convirtió en mi hogar durante 5 meses, ¡ y esta fue mi experiencia !
Introducción
Thabarwa es una ONG internacional con sede en las afueras de Yangon. Una comunidad autosuficiente y (relativamente) autónoma del gobierno y de lo que parece ser, de hecho, el mundo. Una burbuja en la que la ’realidad’ es más un concepto que un hecho establecido.
La premisa de estos centros no es fácil de explicar, porque es sencilla: aceptan a cualquiera que necesite ayuda. Algunas palabras para entender mejor su esencia son; compartir, cooperación, ayuda incondicional, conciencia y amor.
Cliché y difícil de creer, lo sé, pero es cierto.
Entras en el lugar que te han mencionado es un monasterio budista, y te preguntas "¿estoy en el lugar correcto?“. Parece más como un pueblo bullicioso, con; niños corriendo descalzos, perros callejeros por todas partes y motos zumban a tu alrededor. Entonces te enteras de que hay dos hospitales, un orfanato, un refugio para perros y cientos de albergues para adultos mayores, y te das cuenta que estás realmente en un lugar especial.
El monje jefe (Sayadaw) fue hombre de negocios hasta 2007, cuando se iluminó, renunció a sus posesiones y al mundo material y fundó esta organización benéfica, que ahora tiene centros en todo el mundo: desde Kuala Lumpur a Los Ángeles, pasando por Italia y Taiwán.
Esta experiencia me enseñó la humildad. Me di cuenta de que mi vida como colegial blanca y privilegiada era solo una versión (muy afortunada) de la realidad y que, en todo el mundo, la experiencia de la vida varía enormemente.
Actividades
Mientras el resto del mundo iniciaba la cuarentena, esta organizacíon continuaba; con pacientes que alimentar, monjes recogiendo donaciones y mercados abiertos y bulliciosos. Es difícil transmitir el respeto que la gente siente por el budismo en Oriente, porque la cultura occidental es fundamentalmente diferente. Pero sin esta cultura no habría tenido un hogar aquí. Gracias a la asombrosa generosidad del pueblo birmano, pude quedarme, y recibí desayuno, almuerzo, una cama, agua potable y electricidad, todo gracias a las donaciones de los aldeanos que nos rodeaban.
A pesar de ser la voluntaria más joven, sentí que podía marcar una verdadera diferencia y estoy muy orgullosa de mí misma por ello.
Aqui hay algunas actividades de la vida de un voluntario :)
• Yoga • Meditar • Cuidar de los pacientes postrados en cama; lavarlos, alimentarlos y cambiar pañales • Cuidar de las heridas de los pacientes cambiando apósitos y aplicando cremas • Pintar bancos • Dirigir talleres • Limpiar • Jugar con los niños • Dibujar • Enseñar inglés • Tratar de deshacerse de las chiches • Correr • Jugar al ajedrez • Cocinar • Reír • Hacer ejercicios •Sea consciente (Mindfulness) • Fisioterapia • Charlas sobre el Dhamma • Leer • Ayudar a los perros callejeros . . . y más !
Mejores momentos
Desafíos
Intentar describir esta experiencia ha resultado más difícil de lo esperado. Llevo mucho tiempo procrastinando. Estoy segura de que lo entiendes. Cuando vives acontecimientos que realmente tocan el núcleo de lo que eres (somos), de cómo te ves a ti mismo y al mundo, es indescriptible.
Al mismo tiempo, me da miedo glorificar demasiado la experiencia. Hubo muchos días en los que me sentí abrumada. Los pacientes que cuidaba se morían de hambre, y sufrían enormemente. Empiezas a creer que es tu culpa, que siempre puedes hacer más. Te encariñas.
Te preguntas por qué el mundo es como es, cómo puede exisitir tal desigualdad y cómo todo no tiene sentido. Pero en todo momento, la filosofía budista de la impermenencia estaba arraigada en todo. “Thabarwa" en sí significa naturaleza en birmano. El mantra que el cambio es inevitable y que no importa el sufrimiento que experimentes, está bien, pasará.
Experimentar estos conceptos directamente a través de la meditación, me ha permitido practicar el desapego y la aceptación. Decir que estos pilares (nobles verdades en lenguaje budista) me han ayudado, sería un subestimado. Han cambiado el curso de mi vida y la de otros.
En realidad, el factor más difícil para mí fue volver ‘a casa’. Adaptarse al mundo occidental, adaptarse al mundo postcovide, y experimentar lo que sólo peudo describir como una crisis espiritual. Consulté a un psiquiatra, pasé un tiempo reflexionando, accepté que nunca ver el mundo de la misma forma.
Atesoro los recuerdos y las lecciones que apprendí en este hermoso y espiritual lugar.
Resumen
Llegué a casa el 5 de agosto (en el primer vuelo de relevo a Heathrow en meses), le di a mi mama el más grande de los abrazos (me hizo un señale y todo 😭) y después de casi 7 meses en el sudeste asiático, estaba de vuelta.
Reflexionando ahora, me doy cuenta de que fue una experiencia que me me cambió la vida, me desafió, me llevó más allá de todos los límites que conocía, y me convirtió en una persona más compasiva, cariñosa y consciente de sí misma.
Estoy eternamente agradecida a todas las bellas almas con las que he compartido esta experiencia y tengo la intención de volver a Thabarwa en el futuro 💛
Gracias, y gracias tambien para leer mi historia + la pequeña cita de abajo! :)
‘Los que vuelven por la puerta del muro nunca serán iguales a los que salieron.
Serán más sabios, pero menos seguros, más felices, pero menos satisfechos de sí mismos, humildes al reconocer su ignorancia y mejor equipados para comprender la relación de las palabras con las cosas,
del razonamiento sistemático al misterio sencillamente insondable que intenta, siempre vanamente, comprender”
Aldous Huxley